Para lograr un entorno positivo. Actividades con sentido
a) Identificar actividades que estimulen a cada persona
Algunas pautas
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Apoyar la realización de actividades de la vida cotidiana (hacer la comida, ir de compras, se ocupan de sus cosas, cuidan plantas…).
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b) Facilitar que las personas decidan sobre su actividad cotidiana
Algunas pautas
- Dar opciones diversas para elegir, que la persona no se sienta obligada a hacer “lo que ahora toca”.
- Diseñar actividades donde la persona pueda elegir, sentirse capaz y desarrollar sus habilidades.
- Realizar adaptaciones individuales de las actividades en grupo
- Ser flexible admitiendo, si la actividad lo permite, la posibilidad de no participar todos los días, de descansar…
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c) Integrar lo terapéutico en lo cotidiano
Algunas pautas
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Valorar y aprovechar las actividades cotidianas como espacios terapéuticos. La realización de las actividades como vestirse, conversar, divertirse, cocinar, leer, pintar, arreglar el jardín, escribir, organizar o reparar objetos, manejar el dinero, comprar, etc, tiene valor terapéutico al poner en juego habilidades funcionales, cognitivas y relacionales de las personas.
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Organizar la actividad terapéutica según el ritmo y rutina de las actividades de la vida diaria de cada persona, contemplando para ello tanto las actividades más comunes (aseo, movilidad, alimentación, tareas domésticas, etc.) como otras de ocio, aprendizaje y desarrollo personal o contacto social que le resulten significativas o agradables.
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d) Apoyar la participación de las personas con mayor deterioro
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Valorar las “pequeñas participaciones”. Mirar, participar en alguna secuencia concreta de la actividad, estar presente en algún momento, es también participar
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e) Encontrar las mejores opciones
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Dar valor a las actividades espontáneas, permitir as actividades no planificadas, las que surgen de repente (cantar, jugar a algo, poner música favorita, ver una revista y comentarla, dar un paseo…). Ya que al partir de la escucha, de lo que apetece a las personas son un antídoto excelente contra la rutina y el aburrimiento.
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Realizar actividades en contextos normalizados. Algunas actividades (salir a dar una vuelta, ir a un bar, cafetería o restaurante, de compras, a espectáculos, o acudir a un centro social) pueden convertirse en una excelente oportunidad de proporcionar nuevos contactos y facilitar una mayor integración de la persona en su barrio y en su comunidad.
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Se permite reproducir y utilizar estos contenidos siempre que se realice la correspondiente citación de la autoría (Teresa Martínez, 2013. En: www.acpgerontologia.com).